
Capitulo 23:
Narra Allison:
Sentía un dolor en mi brazo, como si alguien estuviera presionándolo brutamente. – ¡Suéltame Brandon! – Grite en medio de la noche. Y luego comprendí que todo era una inútil pesadilla. Aunque había sido bastante real. Tenía lágrimas en los ojos, mi respiración estaba acelerada, y podía recordar perfectamente mi daño en el brazo. Al instante de despertar de mi intensa pesadilla, escuche la voz de Joe.
-¿Ally estas bien? – Pregunto preocupado.
-Si. Fue solo una pesadilla. – Respondí para tranquilizarlo.
-Linda, estas temblando. – Dijo acariciando mi cuerpo con suavidad.
-Es que fue horrible. – Exprese y di un suspiro.
Joseph me abrazo cálidamente, y luego beso tiernamente mi mejilla.
-Tranquila. No pasa nada, linda. – Susurro.
Yo sonreí y me aferre a su cuerpo. Y así logre dormirme con más calma. Definitivamente, en paz. Al día siguiente, al despertar, desayunamos juntos y estuvimos hablando sobre lo que haríamos. Finalmente decidí volver a intentarlo, cueste lo que cueste. Sabía que podía hacerlo. Así que preparamos todo lo necesario, y Joe me acompaño hasta la pista de entrenamiento. Allí estaba Caitlin que me recibió con un gran abrazo.
-¡Ally! Es un gusto volver a verte por aquí. – Dijo.
-Gracias. Estoy contenta de volver. – Exprese sincera.
-Tenemos mucho que practicar. – Indico.
-Sobre eso quería hablar. – Dije. – Volveré a practicar, pero no sé si quiero ir a la competencia. Como ves, estoy ciega. No quiero que los jueces sientan lastima por mi. – Exclame algo triste.
Un silencio incomodo quedo entre nosotras, pero Joe lo interrumpió.
-¿Lastima? No lo creo. Nadie sabe que estas ciega. Y puedes disimularlo muy bien. Todo saldrá perfecto, Ally. Confía en mí, en nosotros. – Propuso Joseph.
-Creo que tu novio tiene razón, querida. – Acoto mi entrenadora.
Entonces volví a retomar la idea de competir. Lo pensé unos minutos y luego supe que podría hacerlo con dos personas como ellos a mi lado. Joseph me abrazo fuertemente y me dijo unas palabras tiernas al oído. Era asombroso tener todo su apoyo, y que me aliente a seguir lo que más quiero.
Luego de hablar un poco sobre lo que haríamos, me senté en una silla para destinarme mis patines. Joseph me ofreció su ayuda, pero dije que podía hacerlo sola. Y tenía razón. Estaba ciega, pero las otras partes de mi cuerpo seguían funcionando a la perfección. Debía lograr ser lo más independiente posible. Me pare sobre el piso con mis patines puestos pero no podía sentir la misma confianza que antes, todavía estaba insegura. Y era normal. A pesar de que podía ver algunas luces y sombras, tenia dificultades para comenzar a patinar, no sentía que estaba lista. Al instante aprecie la presencia de Joe a mi lado. Tomo mi mano fuertemente, inspirándome seguridad. – Tú puedes – Susurro. Y me llevo a recorrer la pista.
-Tú conoces esta pista a la perfección, intenta recordarla lo más posible. Te sentirás más segura. – Dijo.
-Tienes razón. – Respondí un poco nerviosa.
-Pero tranquila. Yo te voy a guiar. Solo sigue mi voz, Allison. – Exclamo con confianza.
Y así lo hice. Seguí su voz cautelosamente, sintiendo la confianza y la seguridad que necesitaba para poder hacerlo bien. Joseph era maravilloso. Todo eso era un milagro.











